¿Qué es el beso de Singapur y cómo hacer esta práctica sexual?
Te contamos en qué consiste esta técnica sexual milenaria derivada del tantra y que proporciona mucho placer además de ser beneficiosa para la salud de ambos sexos.
Hay vida más allá de lo que todos conocemos en la cama. Nuevas prácticas, o nuevos y divertidos juegos sexuales, o nuevas formas de ser más romántico en el sexo, por qué no, que puedes poner en práctica en tus próximas prácticas sexuales, incluyendo los preliminares.
Porque durante años los preliminares han sido el gran olvidado de las relaciones sexuales en parte por nuestra educación y en parte porque mucha gente aprendió sobre sexo viendo películas porno, que están hechas para excitar, no para enseñar. También tal vez hayamos estado demasiado centrados en cómo hacer que una mujer llegue al orgasmo sin centrarnos en el durante, demasiado si no en el éxtasis del después
Se dice que el beso de Singapur debe su nombre a la habilidad de una mujer (que vivió en ese país hace más de 3000 años) para dar placer a los hombres solo a través de las contracciones de su vagina.

Es difícil de comprobar. Lo que está claro es que esta curiosa habilidad sí que tiene un origen oriental relacionado con las técnicas sexuales del tantra y el Kamasutra, y que se practicó durante siglos en países como Tailandia o Japón antes de llegar a Occidente.
En pocas palabras, el beso de Singapur consiste en la contracción repetida de los músculos de la vagina mientras el pene del hombre está dentro de ella. Esto produce una especie de masaje y sensación de succión que, si se hace bien, puede producir muchísimo placer a ambos miembros de la pareja.
Pero practicar el beso de Singapur no es del todo sencillo, ya que es necesario que la mujer tenga unos músculos pubocoxígeos a prueba de bomba o, lo que es lo mismo, que su suelo pélvico esté muy tonificado mediante los ejercicios Kegel (estos músculos son los que permiten interrumpir el flujo de orina a las mujeres y pararlo por completo durante unos segundos).
Los músculos pubocoxígeos son los que ejercen presión en las paredes vaginales durante las relaciones sexuales, aumentando así el placer experimentado tanto por la mujer como por el hombre.

Cómo ejercitar el suelo pélvico
Tanto en hombres como en mujeres, los ejercicios Kegel se realizan de la misma manera. Son muy sencillos y se pueden hacer casi en cualquier situación, aunque lo mejor es estar sentado. Para ejercitarlos, hemos de realizar con nuestro suelo pélvico el mismo movimiento que si quisiéramos cortar el flujo de orina. Se recomienda comenzar con unas 20 repeticiones, 3 veces al día. Veremos que, conforme los días pasan, la fuerza en la zona es mayor y podemos incrementar las repeticiones y las sesiones.
El músculo pubocoxígeo está ubicado en el suelo de la pelvis y forma junto con los haces ileocoxígeo y puborrectales el músculo elevador del ano.
Se puede ejercitar de la siguiente manera: aprieta, mantén la contracción unos segundos y relaja. Y repítelo varias veces seguidas. Lo puedes hacer sentado, de pie o caminando. La clave es aislar el movimiento del resto de músculos, como los del abdomen o los glúteos.
otra alternativa para ejercitar el suelo pélvico…
Otra manera sencilla de hacer ejercicios de Kegel es sentarse al borde de la cama o una silla, separar las piernas un poco, colocar las manos en las rodillas, inclinar el tronco hacia adelante, contraer tu suelo pélvico, aguantar esa contracción unos segundos y, por último, relajar los músculos.
Aquí te damos algunos consejos para trabajar estos músculos y mejorar tu vida sexual:
- Ejercicios de Kegel: Los ejercicios de Kegel son una excelente manera de fortalecer los músculos del suelo pélvico. Consisten en contraer y relajar estos músculos, como si intentaras detener el flujo de orina. Realiza series de 10 a 20 contracciones, manteniéndolas de 5 a 10 segundos cada una.
- Contracciones durante el sexo: Durante la penetración, intenta contraer y relajar los músculos del suelo pélvico de manera rítmica. Esto creará una sensación de «succión» para tu pareja y aumentará la fricción y el placer para ti.
- Contracciones durante el orgasmo: Cuando estés cerca del clímax, contrae estos músculos con fuerza. Esto puede intensificar las sensaciones del orgasmo y prolongar las contracciones placenteras.
- Utiliza juguetes sexuales: Los juguetes sexuales, como las bolas chinas o los conos vaginales, pueden ayudarte a ejercitar y fortalecer estos músculos de manera divertida y placentera.
- Practica la conciencia corporal: Presta atención a las sensaciones en tu área pélvica durante el sexo y el día a día. Esto te ayudará a tener un mayor control y conciencia de tus músculos del suelo pélvico.
Es importante tener en cuenta que fortalecer estos músculos lleva tiempo y práctica constante. Sin embargo, los beneficios son innumerables, desde una mejor salud pélvica hasta una vida sexual más intensa y gratificante.
Así que no tengas miedo de explorar y ejercitar tus músculos del suelo pélvico. Tu cuerpo y tu pareja te lo agradecerán con momentos de placer incomparables.
Cómo practicar el beso de Singapur
Una vez que los músculos del suelo pélvico de la mujer están en plena forma, lo mejor para practicar el beso de Singapur es que el hombre esté quieto, tumbado boca arriba, que introduzca el pene en la vagina de su pareja sexual y que esta comience a contraer los músculos pubocoxígeos como si estuviera haciendo sus Kegel.
A partir de aquí, las posibilidades son infinitas y la comunicación entre los miembros de la pareja imprescindible. El beso de Singapur puede combinarse con la contracción de los músculos abdominales, con una ligera penetración, con una penetración más profunda, con movimientos de la cadera, etc. En definitiva, todo aquello que os sugiera la imaginación.
Beneficios del beso de Singapur para la salud sexual
Además de ser una práctica sexual que va a permitir experimentar y descubrir nuevas sensaciones con tu pareja, el beso de Singapur tiene una serie de beneficios ya que requiere que los músculos del suelo pélvico trabajen mucho. Haznos caso cuando te decimos que esta práctica es muy beneficiosa para la salud sexual tanto del hombre como de la mujer. Vamos a explicarte por qué:
En el caso de la mujer, los beneficios radican en un aumento y facilidad de alcanzar los orgasmos tanto vaginales, clitorianos como por el punto G, así como una mejora de la lubricación y la apertura de la vagina que también ayuda a reducir el riesgo de sufrir de incontinencia urinaria.
También es muy beneficiosa para el hombre con problemas de eyaculación precoz o disfunción eréctil, ya que al tratarse de una excitación lenta y prolongada, ayuda a controlar estos problemas.

Cuando hablamos de disfrutar al máximo del sexo, rara vez se menciona la importancia de los músculos del suelo pélvico femenino. Sin embargo, estos músculos juegan un papel crucial en la intensidad de las sensaciones y orgasmos durante el acto sexual. Aprender a contraer y relajar estos músculos puede abrir un mundo de nuevas experiencias placenteras.
Los músculos del suelo pélvico son un grupo de músculos que sostienen los órganos pélvicos, incluyendo la vejiga, el útero y la vagina. Cuando estos músculos se contraen, pueden aumentar la presión y la fricción dentro de la vagina, intensificando las sensaciones durante la penetración y el clímax.

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