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En el mundo de la sexualidad y las prácticas BDSM, existe un fetiche que a menudo se pasa por alto, pero que puede ser increíblemente estimulante y placentero: el fetichismo de cosquillas. En este artículo, vamos a sumergirnos en este fascinante mundo y descubrir por qué esta práctica se considera una forma de BDSM en toda regla.

¿Qué es el fetichismo de cosquillas?
El fetichismo de cosquillas se refiere a la atracción sexual y el placer derivado de dar o recibir cosquillas. Para algunas personas, el simple hecho de ser cosquilleado o de cosquillear a alguien más puede ser una fuente de excitación y satisfacción sexual.

Esta práctica se enmarca dentro del BDSM debido a la dinámica de poder y control que a menudo se establece entre el dominante y el sumiso. El dominante tiene el control sobre las sensaciones del sumiso, pudiendo intensificar o detener las cosquillas a su antojo, lo que puede resultar en una experiencia increíblemente estimulante y vulnerabilizante.

Aspectos clave del fetichismo de cosquillas

1. Consentimiento y seguridad: Como en cualquier práctica BDSM, el consentimiento y la seguridad son fundamentales. Es crucial establecer límites claros, respetar los «safewords» y asegurarse de que ambas partes se sientan cómodas y seguras durante la experiencia.
2. Sensaciones intensas: Las cosquillas pueden provocar sensaciones muy intensas, que van desde la risa y la euforia hasta la angustia y la desesperación. Esto puede ser parte de la atracción para quienes practican este fetiche.
3. Vulnerabilidad y entrega: El hecho de estar indefenso y a merced del dominante durante las cosquillas puede generar una profunda sensación de vulnerabilidad y entrega, lo que puede ser sumamente excitante para el sumiso.
4. Juego de roles y fantasías: El fetichismo de cosquillas a menudo se combina con otros elementos del BDSM, como el roleplay, el bondage y la dominación/sumisión. Esto permite explorar diversas fantasías y escenarios eróticos.

El fetichismo de cosquillas es una práctica BDSM fascinante que merece ser explorada con respeto, consentimiento y seguridad. Si bien puede parecer inusual a primera vista, esta forma de intimidad y juego sexual puede ser increíblemente satisfactoria y liberadora para quienes la practican. Recuerda, en el mundo del BDSM, todo es posible siempre y cuando se respeten los límites y se priorice el bienestar de todas las partes involucradas.