Hola V Bliss
Me llamo Edgar y viajaba en un vuelo hacia China con mi novia Soraya. Habíamos estado separados por unas semanas y la tensión sexual entre nosotros era palpable.
Cuando las luces del avión se apagaron, indicando que era hora de dormir, Soraya y yo nos miramos con complicidad. Sin decir una palabra, nos levantamos y nos dirigimos disimuladamente al baño del avión.
Una vez allí, nos besamos con urgencia, como si nuestras vidas dependieran de ello. Nuestras manos recorrían el cuerpo del otro con desesperación, ansiosas por sentir la piel del otro.
Poco a poco, las cosas subieron de tono y con la ropa aun puesta nuestros cuerpos se unieron en un baile frenético. Los gemidos ahogados y el sonido de nuestros besos eran los únicos testigos de lo que estaba ocurriendo en aquel reducido espacio.
Fue una experiencia intensa y completamente emocionante. La adrenalina de estar haciendo algo prohibido en un lugar público, sumada a la pasión que nos devoraba, hizo que fuera una aventura inolvidable.
Cuando terminamos, nos miramos a los ojos, conscientes de lo que acababa de pasar entre nosotros. Nos arreglamos la ropa rápidamente y salimos del baño, con una sonrisa cómplice en nuestros rostros.
El resto del vuelo fue una tortura, ya que todo lo que queríamos era volver a estar a solas. Finalmente, cuando aterrizamos, nos escapamos a un hotel para dar rienda suelta a nuestra pasión una vez más.
Edgar

Deja un comentario