VBliss

Querida V Bliss,

Mi nombre es Alma y quiero compartir con ustedes una experiencia que viví hace poco con mi novio Mario.

Teníamos planeado asistir a una comida familiar en casa de los padres de Mario. Eran una ocasión importante y ambos sabíamos que debíamos llegar a tiempo y presentarnos de la mejor manera. Sin embargo, durante el trayecto, algo inesperado sucedió.

Mientras conducíamos por la carretera, la tensión sexual entre Mario y yo se fue intensificando poco a poco. Nuestras miradas se buscaban constantemente y podía sentir cómo la necesidad de estar juntos crecía con cada kilómetro.

En un momento dado, Matio se desvió del camino principal y tomó una pequeña carretera secundaria. «¿Qué estás haciendo?», le pregunté, un poco confundida. Él simplemente me miró con una sonrisa pícara y respondió: «Ya lo verás».

Minutos después, nos encontrábamos en un pequeño mirador, con una vista panorámica de los campos y las colinas a nuestro alrededor. Antes de que pudiera reaccionar, Mateo me atrajo hacia él y me besó con una pasión que me dejó sin aliento.

La adrenalina y la emoción del momento nos tenían completamente cautivados.

Nos entregamos a una sesión de besos y sexo oral, sin importarnos que pudiéramos llegar tarde a la comida familiar. En ese momento, solo existíamos Mario y yo, perdidos en nuestra propia burbuja de deseo y lujuria.

Cuando finalmente nos separamos, ambos teníamos las mejillas sonrojadas y la respiración agitada.

Aunque llegamos un poco tarde a la comida, no pudimos borrar las sonrisas de nuestros rostros pues el postre que nos comimos antes estuvo delicioso.

Mario y yo compartimos una mirada cómplice, sabiendo que habíamos creado un recuerdo especial que atesoraríamos por siempre.