V Bliss por fin me anime a escribirles, espero disfruten mi historia.
Mi nombre es Claudia y quiero compartir con ustedes una experiencia que viví hace poco con mi novia Kenia durante nuestras vacaciones en Zipolite.
Kenia y yo llevamos casi dos años juntas y, a pesar de que nos amamos profundamente, rara vez tenemos la oportunidad de estar completamente a solas. Nuestras familias y amigos siempre parecen estar cerca, lo que a veces puede resultar un poco agobiante.
Fue por eso que decidimos escaparnos a Zipolite, una pequeña y encantadora playa nudista en la costa de Oaxaca. Queríamos tener unos días solo para nosotras, sin interrupciones ni miradas indiscretas.
Desde el momento en que llegamos, sentimos que el ambiente relajado y la energía de la playa nos envolvían. Nos quitamos la ropa y caminamos de la mano por la orilla, dejando que el sol y el mar acariciaran nuestra piel desnuda.
En un momento dado, nos alejamos un poco del área concurrida y encontramos una pequeña playa escondida entre las rocas. Era un lugar completamente privado, con arena suave y aguas cristalinas. Fue como si el universo nos hubiera regalado ese rincón secreto solo para nosotras.
Sin dudarlo, nos tendimos sobre la arena y comenzamos a besarnos con una pasión. Nuestras manos exploraban cada curva y cada centímetro de piel, ansiosas por más. Era como si el mundo a nuestro alrededor hubiera desaparecido por completo.
Hicimos el amor bajo el sol y las suaves olas, entregándonos por completo a la conexión que nos unía. Cada caricia, cada gemido, cada mirada cómplice, era una celebración de nuestro amor. Realmente nos dejo de importar si había miradas curiosas por ahí, viviendo este secreto con nosotras.
Solo nos concentramos en nuestro placer, nuestros movimientos y la libertad de estar en éxtasis sexual en la naturaleza.
Cuando finalmente nos separamos, ambas estábamos llenas de arena pero con una sonrisa radiante en los labios. Nos miramos a los ojos, conscientes de que acabábamos de vivir un momento mágico e inolvidable.
El resto de nuestras vacaciones en Zipolite transcurrieron entre paseos, comidas deliciosas y más sesiones de amor en la playa. Fue una experiencia que nos acercó aún más y nos hizo sentirnos más unidas que nunca.
Kenia y yo regresamos a casa con el corazón lleno de recuerdos y la piel impregnada del aroma del mar. Esos días en Zipolite serán siempre un tesoro que atesoraremos con todo nuestro ser.

Deja un comentario