Me llamo Edna y asistí a una fiesta en una lujosa mansión, entre gente de mucho dinero y poder. Ahí conocí a un apuesto DJ que todos llamaban Korak. Desde el momento en que nuestras miradas se cruzaron, sentí una conexión especial.
Durante la velada, Korak y yo no dejábamos de pelear sobre temas políticos. De un momento a otro la pasión de la discusión nos llevo a la pasión del coqueteo y nos fuimos acercando más, hasta que finalmente me invitó a dar una vuelta por la casa. Acepté, emocionada por la posibilidad de pasar más tiempo a solas con él.
Una vez alejados de la multitud, Korak me acorraló suavemente contra la pared y comenzó a besarme con una pasión que me dejó sin aliento. Sus manos recorrían mi cuerpo con rudeza, enviando descargas eléctricas por toda mi piel.
Nos miramos a los ojos, conscientes de la atracción que había surgido entre nosotros. Aunque no llegamos a más, esa noche de besos y caricias quedará grabada en mi memoria para siempre. Fue una experiencia apasionada y emocionante, incluso sin llegar a la intimidad.
Correspondí a sus caricias, dejándome llevar por la emoción del momento. Nuestros besos se volvieron cada vez más intensos, y la ropa empezó a estorbar. Sin embargo, en un acto de lucidez, decidimos que era mejor detenernos ahí.
Gracias V Bliss por ser un espacio donde puedo compartir mis historias más personales.
Edna

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